Las consultas más comunes que he tenido han sido por dolor, dificultad para respirar, incontinencia urinaria y secuelas por afectación del sistema nervioso central y periférico dejando a la persona con problemas de desplazamiento y torpeza en la actividad motora gruesa y fina.
– El dolor puede superarse con osteopatía y/o con auto masajes donde se ejercen presiones en zonas específicas del cuerpo liberando las fascias musculares profundas.
– La dificultad respiratoria exige liberar fascias, fortalecer músculos y lograr estar en calma. Los ejercicios deben ayudar a distender y contraer la caja torácica en todas las posiciones, es decir, debes hacerlos de pie, sentado, acostado boca arriba, acostado de lado, boca abajo, arrodillado y en cuadrúpedo como si fueras a gatear.
Durante los ejercicios que buscan fortalecer la zona abdominal debes evitar hacer apneas (dejar de respirar), para lograrlo canta o cuenta números o simplemente habla; hacerlo ayuda a que este entrando y saliendo el aire todo el tiempo.
– La tos altera el gradiente de presiones intra abdominales que conllevan a incontinencia urinaria y algunas veces incontinencia fecal. Para mejorar necesitas fortalecer el piso pélvico; los ejercicios de Kegel son muy útiles en estos casos. También existen en el mercado electro estimuladores específicos para estas zonas del cuerpo.
– Si tuviste compromiso neurológico necesitas, en lo posible, de todo el equipo de rehabilitación. La fisioterapia es muy importante para que aprendas a activar las cadenas musculares en su orden y, así, logres alcanzar la independencia para realizar las actividades de la vida diaria, como también la motricidad fina rápidamente. Los ejercicios no deben dejarte sin aliento de vida; debes encontrar el equilibrio una vez realizadas las terapias asignadas, así evitarás que el malestar general se apodere de tu cuerpo el resto del día. En mi experiencia profesional existen horas del día que oscilan entre las 5:30 de la tarde a 8 pm donde aumenta la incomodidad, el dolor y se presenta un desasosiego inexplicable; lo ideal es que no llegues exhausto al terminar el día, ojalá puedas entretenerte con algo durante estas horas o medita. Ten en cuenta que esa sensación va a terminar, ten paciencia con tu cuerpo mientras se recupera.
Re – aprender a respirar es fundamental. Al inhalar, el aire debe llegar al abdomen aumentando su diámetro, y al exhalar debes contraer el abdomen. Una forma de controlar que lo estés haciendo bien es poner la mano sobre el abdomen y sentir cómo se eleva la mano al tomar aire y cómo desciende al botarlo. Recuerda que debes hacerlo en diferentes posiciones.
Para mejorar la capacidad ventilatoria, enciende una vela y sóplala, verifica que el aire salga del abdomen y no de las mejillas, luego deja más distancia entre tú y la vela e intenta apagarla, no te sobreactúes porque puedes hiperventilar desencadenando mareo y malestar general. Recomiendo 10 repeticiones en la mañana y otras 10 en la tarde.
Calmar la mente hace que puedas hacer respiraciones profundas que expanden la caja torácica llevando el oxígeno a todo el pulmón. Esto a su vez permite que haya un buen intercambio gaseoso, lo que asegura oxígeno a cada célula de tu cuerpo. Dedica unos minutos para ser consciente de tu respiración; también puedes ayudarte con meditaciones guiadas.
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